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Cuerpo - Diversidad

Otros cuerpos. Danza contemporánea e imaginario social

Este texto forma parte de la ponencia expuesta en el Congreso Internacional de Artes "Revueltas del Arte"

                                                                                                                                                 

                                                                                                                               Por Laura Lorena Feijoó - lauralorenafeijoo@gmail.com

El texto propone abordar la experiencia de la performance ALEGREMIA desde ciertas perspectivas teóricas que problematizan el movimiento corporal, el arte y la estética como posibilidad liberadora de sentido. El corpus se cuestiona a partir de observaciones y documentación la implicancia política que la danza posee a partir de la percepción y apropiación sensorial de espacios materiales y simbólicos, su relación con ciertos dispositivos de poder relacionados con el cuerpo y la vida cotidiana y su representación social en relación con las posibilidades de movilidad.                     

Alegremia es una performance realizada en Plaza de Mayo en el año 2015 resultado del laboratorio coordinado junto a Ariel Tamburrini en el marco del Encuentro de Danza e Integración Latinoamericana que incluyó participantes con y sin discapacidad. El laboratorio se desarrolló durante una semana en el Espacio Memoria y Derechos Humanos. Los dispositivos coreográficos propuestos se basaron en propuestas específicas de movimiento y en la posibilidad de permeabilidad del espacio físico y social; la composición heterogénea del grupo, los emergentes suscitados durante su desarrollo como consecuencia de inconvenientes climáticos, técnicos o de naturaleza humana  revalorizaron la posibilidad de construcción del espacio danzado por medio de la exploración interna del movimiento, de la empatía entre los cuerpos y de la apropiación del espacio.

Siguiendo a Susan Foster el cuerpo estaría signado por sus metáforas dado que “sería en el mejor de los casos parecido a algo, pero nunca es ese algo”[1] Los enunciados en el habla o en el movimiento y actualmente en la imágen, serían lo que da paso a cierta percepción del cuerpo. Ciertas prácticas de instrucción física, danza académica o prácticas médicas establecen metáforas corporales que naturalizan el cuerpo eliminando sus discrepancias, disciplinándolo. “Sus regímenes altamente repetitivos de observación (proyección) y ejercicio intentan ejemplificar constantes físicas. Transcurridas miles de (exposiciones publicitarias), flexiones, pliés o citologías, el cuerpo parece tener características uniformes, una estructura clara, funciones identificables. Pero entonces, de pronto, hace algo maravillosamente anómalo: abandona, cruza o de algún modo aparece fuera de los límites de lo que era concebible” cuestionando el lugar de control y de legitimidad de hegemonía que se imprime en el cuerpo.

 Es así que el encuentro de Danza e Integración estuvo marcado por la diversidad de posibilidades de movimiento que brindó una riqueza de otras  posibilidades no esperadas, de manera particular y de manera grupal trabajando desde el inicio con pautas de acción que reforzaban la empatía.  Una anécdota del taller fue que una de a una de las participantes se le pincha la llanta de una de las ruedas de su silla, este emergente dio lugar a nuevas relaciones, sus compañeros encontraron una tela para desplazarse con ella o asumieron nuevas posturas y niveles de composición en sintonía con su nueva relación espacial.    

A medida que el laboratorio avanzaba se afianzaba la impronta de trabajar con las potencialidades y posibilidades de movimiento, habilitando la creación de movimientos propios, de fuerte identidad desde una consciencia interna y externa, sensoperceptiva y colaborativa, y dispositivos coreográficos comunes a todos.

La decisión de haber elegido trabajar con dispositivos coreográficos tiene para mí una razón tanto instrumental como experimental, como no saber en principio con que elementos íbamos a encontrarnos, teníamos incertidumbre acerca de si nos otorgaban el permiso del uso del espacio solicitado para la presentación de la performance final (Plaza de Mayo, espacio público de gran significación socio-cultural y política), aceptar que el ambiente previsto para los entrenamientos tenía que ser distinto al planeado por emergentes climáticos que nos impidió la salida al aire libre y el no tener con anticipación la lista de integrantes de nuestro taller ni conocer sus particularidades. El uso de estos dispositivos nos  permitió a todos no estar fijos sino transitar por las estructuras, fluir ampliando las posibilidades de acción.

Bojana Kunst describe a las nuevas formas de la danza desde comienzos del sigo XX como algo fuertemente ligado a las posibilidades del ser humano contemporáneo; que desde el movimiento autónomo del cuerpo[2] contrario a su organización mecánica, desveló nuevos potenciales para la experiencia y las relaciones humanas, y posibilitó un efecto emancipador en la  construcción de futuro dando lugar a nuevos abordajes y prácticas corporales como la sensopercepción y la eutonía desde la educación (o re eduación) somática, las prácticas de Contacto Improvisación, Release y la incluisión de la expresión Corporal dentro y fuera del ámbito académico. Nuevas experiencias estéticas se abren, dejando atrás a viejos modos de percepción. Estas reformas del movimiento, en su abordaje y expresión denotan la relación intrínseca entre libertad y movimiento.

Siguiendo esta línea, asumiendo la composición heterogénea del grupo y los emergentes tanto humanos como técnicos y climáticos, se plantearon las siguientes pautas de exploración

- Movimiento Interno: en relación con las propias percepciones corporales y la estructura orgánica. Como puede ser desde una disposición ósea y la proyección de un movimiento dentro de la particular posibilidad motriz.

Por ejemplo “Bailar desde una costilla” puede llevar a un desplazamiento o no “Girar desde una vértebra” puede involucrar a todo el cuerpo en el giro o solo a su propia rotación.

- Movimiento externo: Desplazamientos explorando el espacio como parte de mi universo, y atendiendo a la resonancia de los cambios corporales de otros en mi propio cuerpo.

“Yo soy, me modifico y modifico al otro (y a lo otro) que a su vez repercute en mis decisiones”

Los dispositivos coreográficos que a continuación se enuncian se inspiraron en el espacio, en la posibilidad de permeabilidad del espacio físico y social. El desarrollo de estos dispositivos como se ha enunciado se exploraron en el Espacio Memoria Verdad y Justicia, el cual cuenta con muy distintas posibilidades arquitectónicas y de flujo que el espacio Plaza de Mayo, por lo cual Tamburrini y yo nos enfocamos a un trabajo exploratorio real de todas las posibilidades de interacción con la arquitectura a fin de expandir los sentidos y las posibilidades de apropiación del elemento arquitectónico-paisajístico in situ.

Desplazamientos: Los desplazamientos propuestos fueron de libre tránsito por el espacio, teniendo en cuenta los objetos que dan identidad al espacio y a la dispersión y ritmo de las personas que en ese momento lo transitan.

Sub agrupamientos entre los participantes generando estructuras corporales compuestas, previamente exploradas las posibilidades de cada cuerpo. e incluyendo al emergente espontáneo de composición en la puesta (profundidades de los objetos, líneas, superficies, entretejidos etc), dispersos en un radio definido del espacio.

Reagrupamiento: Tome de la imagen de un cuerpo grupal y la función de la respiración en el cuerpo. El dispositivo fue el agrupamiento de todos los cuerpos en un espacio específico,  los subgrupos se iban acercando por “simpatía” hacia ese punto y se iban colocando unos cuerpos sobre otros. Elegimos a uno de los integrantes para coordinar la respiración grupal, rítmica, interna, dando el tiempo necesario para percibirla, entrar a un estado de relajación, y de contacto con el otro, ser parte del otro en el movimiento posibilitando un movimiento la respiración grupal que finalizará con la apertura de adentro hacia fuera de la forma por un impulso colectivo.

 

Formación: Mi propuesta fue que en una formación frontal de todos los participantes un movimiento fuera realizado por todos, siendo la primera bailarina de la fila que realice un movimiento (persona asignada con anticipación para agilizar el dispositivo) el resto de los bailarines consecutivamente lo repetirá en idéntica sensación en que le llegue, ya sea recreando la forma, impulso, amplitud etc desde donde cada integrante lo sienta.

Con Tamburrini trabajamos en este caso con la identidad de cada uno de los participantes con el elemento de la firma como dispositivo de creación del movimiento individual.

Disrupción: Para finalizar, mi propuesta fue que cada participante en el lugar que ocupa en la formación desarrolle su propio movimiento y enuncie una palabra, que hemos propuesto la elijan en función de su experiencia en el laboratorio, irrumpiendo con dicha acción hacia el frente según las necesidad de cada participante, y luego desarrolle el mismo movimiento en el espacio para diluir la fila, volviéndose a integrar con espacio mayor de la plaza, retirándose del espacio escénico generado.

La participación de un grupo de más de 20 personas con distintas posibilidades corporales y nacionalidades a disposición de una intervención donde se propone indagar el ser y estar en un lugar, sus incertidumbres y certezas, sus encuentros, sus disponibilidades, sus conclusiones y sus respuestas particulares y grupales generó un proceso de trabajo y exploración que excedió las expectativas en varios planos, compositivo, integrador, creador, motivador e  integró espacios, tiempo y cuerpos rompiendo la cómoda linealidad y representación (metafórica) de los mismos. Constatando que se potencian las capacidades de cada persona y se desarrollan otras, mediante la exploración de otras técnicas, diferentes al repetitivo uso del cuerpo, como elemento homogeneizante, como son las prácticas somáticas, ampliando la riqueza del discurso artístico, generando nuevas identidades transformando espacios.

“La danza todavía funciona como esa metáfora que está por encima de los contratos, los sistemas, las estructuras, como modelo para teorizar en torno a la subjetividad, al arte, a la sociedad y a la política” (Cvejić, 2004). El movimiento expresa el potencial de las relaciones en movimiento como las dinámicas de expresión y la potencialidad de lo que podría ser y lo que no y por lo tanto este es su sentido político.[3]

El proceso del Taller dió lugar a una performance - proceso y conclusión - llena de contenido simbólico desde el grupo hasta el espectador. Espectador que mantiene para sí su propia interpretación siendo parte de la escena que modifica y enriquece.    

[1] Susan Leigh Foster  

en COREOGRAFIAR LA HISTORIA  https://loinsignificante.files.wordpress.com/2014/07/lecturassobredanzaycoreografiaok.pdf

[2] [3]Bojana Kunst. Danza y Trabajo en Lecturas sobre danza y coreografía. Naverán y Écija Editoras. ARTEA

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